Luego de una pausa vuelvo a las andadas!!! :)
El pasado jueves 27 de noviembre, junto a algunos Cazadores de Hermes (Enrique, de Milerenda y Jordi, de Instantsbarna), asistimos a una conferencia del antropólogo y escritor Xavier Theros, en la Fundación Setba . Allí se presenta una exposición, hasta el 31 de enero, llamada De La Vanguardia al Sidecar. que muestra la historia del local que albergó los talleres del diario La Vanguardia y que luego ocupó el bar Texas y, actualmente, el bar Sidecar. Roser, de Cosas de Absenta, colabora en esta exposición.
El pasado jueves 27 de noviembre, junto a algunos Cazadores de Hermes (Enrique, de Milerenda y Jordi, de Instantsbarna), asistimos a una conferencia del antropólogo y escritor Xavier Theros, en la Fundación Setba . Allí se presenta una exposición, hasta el 31 de enero, llamada De La Vanguardia al Sidecar. que muestra la historia del local que albergó los talleres del diario La Vanguardia y que luego ocupó el bar Texas y, actualmente, el bar Sidecar. Roser, de Cosas de Absenta, colabora en esta exposición.
Una de las puertas de acceso a los lavabos del Sidecar. |
Durante tres años, Xavier Theros recopiló anécdotas y fotos, muchas de los propios protagonistas, y las volcó en su libro publicado en 2010 "La sisena flota a Barcelona. Quan els nord-americans envaïen la Rambla" (Ed.La Campana) - La sexta flota en Barcelona. Cuando los norteamericanos invadían la Rambla.
Muy interesante la explicación de Xavier Theros! |
La conferencia nos introdujo al mundo oscuro y clandestino de la Barcelona de los ´50, cuando la VI Flota norteamericana visitaba asiduamente nuestra ciudad.
Nos comentó que Franco, con planes de sacar a España del aislamiento y de la ruina económica, acordó con Washington que la Flota estadounidense utilizara el puerto de Barcelona (y otros seis puertos españoles). Así fue como, en 1951, los marineros llegaban a la Ciudad Condal con sus bolsillos llenos de dólares, desconociendo cuánto valía la peseta, y con muchas ganas de "sociabilizar" con la población local. Llevaban meses en altamar!!
Se activó notablemente la economía de la ciudad. Cada visita de la VI Flota dejaba diariamente en Barcelona entre uno y dos millones de pesetas de la época. El sector más beneficiado fue el del sexo. La tarea de las prostitutas se profesionalizó: el servicio de una prostituta llegó a cuadruplicarse!!! De 15 pesetas que costaba pasó a las 122.
La ciudad se transformó con tanto visitante y era muy común verla "invadida" de uniformes blancos que frecuentaban los bares de alterne del Barrio Chino, de alrededores de la Rambla y de la Ribera.; la zona más próxima al puerto... Para qué alejarse más?!
Prácticamente, la conferencia se desarrollaba en el escenario donde transcurrió lo que nos contaba. Así que salimos, de la Fundación Setba, para disfrutar la segunda parte del encuentro: la ruta guiada. El punto de partida: la Plaza Real, con un ex bar Texas (hoy Sidecar) como testigo de noches de fiesta.
Nos adentramos en lo que habría sido el "circuito" nocturno de estos marineros, haciendo el esfuerzo de recrear cómo habrían sido esas calles de la Ciutat Vella, hoy muy renovadas.
Pasamos por el actual bar restaurant "Los Caracoles", el más antiguo de Barcelona, donde los marines solían asistir.
Restaurant "Los Caracoles" |
Otro de los bares, no visitado en la ruta, era el "Kentucky". Incluyo una foto (de anterior archivo) del exterior de la persiana...
Bar "Kentucky", en el Barrio Chino (Raval) |
Hacia los ´70, la imagen de los Estados Unidos había cambiado: símbolo de imperialismo, que se fue agravando con su participación en la guerra de Vietnam y con el apoyo a diversas dictaduras. Además, ya sonaba fuerte el rumor que los buques transportaban armas nucleares.
Mientras seguíamos los relatos de Xavier Theros, quien nos contaba las vivencias de estos marineros durante las décadas ´50 ´60 ´70, nos dirigimos hacia la Plaza Medinaceli. Allí se ubicaba un albergue, que sufrió un atentado con una bomba, en 1987, con una víctima mortal.
El monumento a Colón presenció la última parte de la ruta |
El último punto a tocar en la ruta fue el Portal de la Pau. Allí encontramos una escultura, de Gabriel Alabert, que recuerda a los caídos en 1977, en un accidente. En aquellos años el puerto estaba a oscuras y la barca que transportaba a unos marineros hacia su buque chocó provocando la muerte de 49 de ellos. Una tragedia que la población barcelonina no lamentó tanto, ya que la buena reputación de Estados Unidos había mermado y todo lo que se refiriera a este colectivo había dejado de interesar.
Esto y el mencionado atentado influyeron para que la flota norteamericana se retirara de esta ciudad.
No estaríamos muy desacertados si comparamos a esa cantidad de foráneos que se mezclaban con la población de Barcelona con la masiva llegada de turistas a esta ciudad, hoy en día. Otros tiempos...